jueves, 16 de octubre de 2008

En una biblioteca.

Trabajar en una biblioteca no es fácil. Las personas piensan que es muy tranquilo, que el funcionario pasa todo el día leyendo los libros, ya que no tiene nada para hacer. Creo que las personas piensan que los libros tienen manos y piernas. Que ellos mismo se registran en la computadora y que después van caminando uno por uno hasta encontrar su lugar en los atriles. Algunos tienen la convicción de que yo ya leí todos los libros de la biblioteca y se espantan cuando yo sonrío y se digo que no es posible. Además de eso hay que tener mucha paciencia para oír algunas cosas sin perder la compostura.
Un día tuve que atender a una chica de dieciséis años, ella llegó y dijo:
- Estoy precisando de un libro, pero me olvidé del nombre del autor y tampoco sé el título del libro. Pero estoy segura de que es un libro pequeño, verde y no muy grueso. ¿Sabes de cuál estoy hablando?
Miré alrededor lleno de atriles con libros de todos los colores y todos los tamaños, le dije con mucha calma:
- No, no lo sé. Pero cuando recordarse del nombre del autor o del título, le diré donde está el libro.
- Bien, ya que tú no sabes donde está el libro verde, ¿ por lo menos sabes dónde está un libro de astronomía que tiene el mapa de las estrellas?
- Aquí está, el mapa estrellar.
- Tú no comprendiste. Lo que quiero es un mapa de las estrellas.
- Entonces, mapa estrellar, es lo mismo.
- Ha, sí. Pero hay uno mayor, este no estás bueno.
- Un rato, por favor. ¿Este está mejor?
- Es mayor, pero no es coloreado, es blanco y niegro.
- Voy a ver si encuentro otro.
Algunos minutos después vuelvo con otro libro que tiene un mapa mayor que el coloreado y un poco menor que el blanco y niegro.
- ¿Te gusta este?
- Gracias, pero pensando mejor, voy a buscarlo en Internet.

3 comentarios:

Rocío dijo...

Que dificil es intentar ayudar a las personas.... No tenía idea de como sufren los trabajadores de una biblioteca.

Elzimar dijo...

Yo tampoco me imaginaba que les pasase tal cosa a los que trabajan en bibliotecas.
¿Tienes otras anécdotas que contarnos?

Perla dijo...

Tengo, ya que te gustó voy a poner otras acá.